martes, 25 de diciembre de 2012

ACTA DE LA SESIÓN DEL 19-12-2012


(Por Manuel Sánchez)

Coordina: Manuel León
Modera Elvira Pizarro
Asisten 15 tertulianos.

Inició la sesión el coordinador presentando un libro de poesías de autores latinos (Propercio, Ovidio…) Título: Elegías, ed. Cátedra.
Este libro de poemas lo presentará el 17 de febrero una profesora de la universidad de Alicante.

Continuamos con el análisis de “El décimo hombre” de G. Greene.
Algunos tertulianos opinan que la novela presenta una estructura teatral, pues abundan los diálogos, y cinematográfica. Escritores de esta época escribían guiones cinematográficos por encargo a partir de novelas.
        La vida del escritor le dio ideas para escribir sus novelas.
        El principio del libro marca el interés por el tiempo como manifestación de poder. (pasaje de los dos relojes de los reclusos).
El protagonista, Chavel, necesita redimirse, pues Janvier ha sido fusilado en su lugar. Chavel es incapaz de enamorarse de la hermana de Janvier cuando sale de la cárcel  y va a su casa, ahora ocupada por la madre y la hermana de Janvier. La cárcel lo incapacita para enamorarse.
        Otro rasgo que se aprecia en la novela es el ocultamiento de la identidad. Hay personajes que cambian de nombre ( Charlot por Chavel). El miedo obliga a vivir con  nombre falso. Todo el mundo siente alguna culpa: colaboracionistas, represores…
        Se plantea el tema de la responsabilidad y la culpa en situaciones límite como las que aparecen en la novela. Se traen a colación “el tragaluz” de Buero Vallejo o “la decisión de Siphie” (película)
        ¿Quién es más culpable; el que vende su vida (Janvier) o el que compra su muerte (Cavel)? Hay quien puede librase de la muerte pagando lo mismo que otros han evitado ir al  ejército comprando su reemplazo obligatorio. También entre los oprimidos se dan abusos. (Alguien comenta esta situación en la novela de Saramago “ La Ceguera”.
 La religión católica practicada por Greene mantiene su presencia en esta novela. Siempre aparece un cura en sus obras.
Es difícil  establecer responsabilidades en situaciones límite como las que se plantean en la novela de Greene, pero las diferentes situaciones en que se ven envueltos los personajes hacen que el lector no se quede indiferente.

(PILAR GONZÁLEZ ME INDICA QUE  TOMEMOS NOTA DEL CALENDARIO PARA ENERO)


EL ORDEN DEL DÍA DE LAS PRIMERAS SESIONES DE ENERO DE 2013:

CALENDARIO de ACTIVIDADES
ENERO 2013
Mes
Día
Asunto
               ENERO    2013

  9
Elección de lectura.
Presentación de D. Eduardo Lastres
La Composición  en Arte y Literatura”
Poesía de la Generación del 27

 16

Comentarios y aportaciones sobre nuestras reflexiones acerca de los capítulos
Nº 22 al 32, de “Don Quijote de la Mancha”
 

 23
Presentación del cuento y de su autor  “Luvina” de  Juan Rulfo
Por: D. Mª dolores Marco
                                                                                Debate y aportaciones

 30
Presentación del cuento y su autora
“El Encaje Roto”, de Emilia Pardo Bazán.
Por: D. Mª Pilar González                                                                                           Debate y aportaciones.



miércoles, 19 de diciembre de 2012

lunes, 17 de diciembre de 2012

ACTA DE LA SESIÓN DEL 12-12-2012


(Por Manuel Sánchez)

Coordina la sesión Pilar González
Modera: María Dolores Marco.
Asisten 17 tertulianos.

Rafael Torres nos hizo una breve reseña de su biografía  en tono muy humorístico. Destacó su afición desde niño a la lectura y  el esfuerzo autodidacta realizado. Se interesó por la literatura desde temprana edad.

RAFAEL hizo la presentación de la novela de Graham Greene, El décimo hombre.

En primer lugar comentó que Greene fue espía en Sierra Leona durante la Segunda Guerra Mundial. (ver El tercer Hombre).
 También desempeñó cargos diplomáticos. Estuvo en la lista de McCarty por sus simpatías con el socialismo.
Greene se  convirtió al catolicismo. (su esposa  era católica. Se divorció en 1948). Después tuvo varias amantes. Su conversión parece que fue más intelectual que propiamente religiosa. Un amigo suyo también se convirtió al catolicismo y después llego a ser cardenal. Según él mismo confiesa se interesó por el catolicismo como firme bastión  de valores morales.
          Los personajes de las novelas de Greene se asemejan a los de una crónica de los problemas de la vida.
          El estilo  es conciso. El ritmo narrativo de la novela es semejante al del cuento. La trama resulta llena de sorpresas y el desenlace inesperado.
          La primera parte de la novela se desarrolla en un campo nazi de concentración en Francia. La segunda parte, tras la salida del campo, nos relata la vida de algunos de los personajes y la necesidad de la reconciliación y el perdón para que los oprimidos no acaben siendo opresores a su vez.
( El debate sobre esta novela tendrá lugar el día 19 de diciembre en el Aula Literaria).


La sesión continuó  con  el comentario y análisis   de la novela El mal de Portnoy que habíamos comenzado el día cinco de diciembre.
El lenguaje de esta novela puede parecer pornográfico o demasiado crudo, pero es propio del  protagonista, adicto al sexo, descontrolado y obsesionado con el sexo. Algunos tertulianos  afirman que Roth ha querido  provocar  y ha conseguido que la novela guste. Hay que considerar el libro y su lenguaje como realista y natural. Se hace referencia a otros autores que se han interesado por este tema, como  H. Miller.
El ambiente en Usa es muy diverso. W. Allen ha criticado situaciones familiares parecidas  tan  cerradas y opresoras como  las que vive Alexander Portnoy.

Se cerró la sesión leyendo algunos poemas  por parte de los tertulianos.

ACTA DE LA SESIÓN DEL 5-12-2012

(Por Manuel Sánchez.)

Coordina la sesión Pilar Modrego y modera Carmen Llavador.
Asisten 17 tertulianos.

Pilar recuerda que la comida de final de trimestre se celebrará en el restaurante Los Ibéricos de la Plaza de los Luceros el  miércoles día 19 de diciembre.
También se propone leer dos cuentos para alguna próxima sesión. Se acuerda leer: “el encaje desgarrado” de Pardo  Bazán,  y  “Luviana” de Juan Rulfo.

          La sesión se inició con la presentación de la novela El mal de Pornoy  de Philip Roth  por parte de Manuel Sánchez.
          En las intervenciones de los tertulianos se destacó que el protagonista de la novela se siente culpable y poco satisfecho de sus conquistas amorosas. Siempre está pensando en la siguiente aventura sin disfrutar de la presente.
          Alex actúa  ante el psicoanalista como un actor. Parece que estuviera contando la vida de otro y no la suya propia. No se manifiesta angustiado ante el psicoanalista, sino que expresa una queja permanente.
          La escenas de sexo están bien descritas y con humor. Resulta algo repetitivo, también cargante, y las escenas tampoco presentan pasajes de belleza.
          La fecha en la que fue escrita la novela, año 1969, refleja el movimiento libertario del Mayo de 68: libertad de la mujer, el uso de anticonceptivos, crítica de la sociedad represiva de la época y lucha por la libertad contra los tabúes tradicionales al estilo de otro escritor judío, S. Bellow.
 En algunos momentos el relato del sexo resulta perverso y trivial. La madre es “educadora” y castradora a la vez. La represión se libera con el exceso de sexo. También resulta castradora la sociedad en la que crece el protagonista. En algún momento se cuestiona el sistema americano como corruptor  del individuo. (Último capitulo de la novela).
          El Mal de Portnoy  combina altruismo  y pulsión sexual. A veces resulta perverso: “ser malo y disfrutar siéndolo” en eso consiste ser hombre.
          Roth crea mundos. El protagonista expone su mal, su problema al psicoanalista atrevidamente, aunque en ese encuentro predomina más la imaginación que la realidad. El libro habría sido considerado pornográfico si no hubiese expuesto el problema ante el psicoanalista.
          Llama la atención que el protagonista apenas si tiene amigos, mientras que abundan los juegos con las chicas blancas, no judías.
          El libro resulta machista y tal vez por ese motivo gusta poco a las mujeres lectoras. Las mujeres no gozan de buena prensa en las novelas del  autor.
          La novela es un delirio histérico y termina con un “ Aaaaaaa…” Ahora podemos empezar, concluye  el doctor.

CONFERENCIA de NEMESIO MARTÍN el 21-11-2012


LA PERTINENCIA DE EL CURIOSO IMPERTINENTE
                                   Conferencia de Nemesio Martín (21-11-12)

La lectura de los capítulos que os recomendé (XXII-XXXVII de la 1ª parte del Quijote) constituyen una magnífica muestra del despliegue narrativo de Cervantes, y, por ello, umbral fácilmente accesible para introducirnos en una gozosa lectura de la magna novela.
            Permitidme un par de advertencias previas con las que salir al paso de algunas de las “extrañezas” que sobrevienen al lector no avisado nada más trasponer sus páginas. Con más frecuencia de la deseada, muchos de los intentos por adentrarse y disfrutar con plenitud del gran clásico se saldan con sentidos fracasos. Tal el producido por erróneo celo pedagógico: la imposición de su lectura a una edad inapropiada, amén de la carencia o ineptidud de los recursos didácticos puestos en juego, ha inhabilitado ¡tantas veces! la posibilidad de una lectura cabal.
            . La primera de dichas advertencias se debe a razones de índole histórica. La novela (no olvidemos que el Quijote inaugura el género) lo mismo que el cine surgen en sendos momentos de intensísimo hervor creativo. Es muy difícil ir más allá del irracionalismo narrativo del mejor cine mudo, de las técnicas expresivas de un Buster Keaton o un Charles Chaplin, por no hablar del surrealismo de Buñuel, inconcebible todo esto en cualquier película comercial de nuestros días. Y en el caso de la novela, su irrupción en pleno Barroco aportará a la novela técnicas de una sorprendente modernidad. Tendremos que superar el s. XIX (considerado el siglo por excelencia de la novela) para ver utilizadas algunas técnicas que innovó Cervantes.
            Por poner un ejemplo, habremos de esperar a la aparición de Cien años de soledad para ver que el cuerpo de la trama está constituido por un centón de historias (no otra cosa que una técnica para alargar y enriquecer el “perspectivismo”) o que el texto esté entreverado de diversos discursos: polifonía de voces en busca de la “verosimilitud” que a toda costa persigue el autor.
. Otra de las “extrañezas” que pueden incomodar a ese lector no avisado es el talante del autor en su relación con los lectores. Siendo, como es, el Quijote una parodia, no nos hace prorrumpir en carcajadas a modo de rúbrica de la caricatura: detrás de cada esquina de sus muchas escenas humorísticas, queda siempre la sombra de un regusto amargo; no sabenmos si reír por tanto dislate del loco don Quijote o compadecernos de Alonso Quijano, el bueno. Y siendo, como es, un libro de aventuras, no levanta banderas de entusiasmo por una causa decisiva: un credo religioso, un fervor patriótico, una personalidad o un destino inquebrantables, únicos.
Sucede lo mismo con algunas otras obras de arte: las pinturas de Velázquez, por ejemplo. Y es que tanto Cervantes como Velázquez se dirigen a lectores/espectadores “desocupados”. Ninguna creencia imponen, con ningún sentimiento ni certeza nos avasallan. ¿A quién pinta Velázquez en “Las meninas”? ¿A la infanta Margarita? ¿A los reyes? ¿A ti, que estás mirando el cuadro desde el punto exacto donde estarían situados los reyes?
¿Qué es el casco de don Quijote? ¿Bacía de barbero? ¿Yelmo? ¿Baciyelmo?
No, está lejos de la bondad y del talante de nuestro autor imponernos dogmas, credos absolutos. Cervantes no sentencia, no esculpe de una vez y para siempre verdades. Nadie más respetuoso que él con la inteligencia de sus lectores: no les da respuestas; sólo preguntas. Escribe, en efecto, para lectores “desocupados”, esto es, para lectores inquisitivos, curiosos, dispuestos no al sermón, sino a la búsqueda personal y activa.
Y una vez más tendremos que esperar hasta Cortázar para para ver interpretado este principio (Cervantes se dirige a un lector “desocupado”; el cuentista argentino a un lector “macho”) detrás del cual alienta uno de los planteamientos más profundos e innovadores: nace la novela para hablar al hombre no como número de un rebaño al que hay que adoctrinar, sino como instrumento de pensar y arte.

. El lector del Quijote, por fin, puede verse perdido en ese centón de historias del que hablamos, sin poderse asirse a ese hilo lógico-causal al que nos tienen acostumbrados las novelas decimonónicas. Se trata, en efecto, del relato de las hazañas de un caballero “andante”, esto es, que va de camino, a lo que salga, a reparar cualquier injusticia que se le presente. No está, pues, explícito el “proceso”. Una vez más será el lector quien, guiado de las afecciones intelectuales en que le instala la lectura, descubra el sentido. En seguida lo veremos.
Tras este preámbulo, vayamos, pues, al análisis del Curioso ipertinente.
            Pertinencia formal

            El curioso impertinente es una novela corta incluida dentro del Quijote; puede leerse de forma exenta, pero su completo y más profundo sentido sólo se logra desde la lectura de los capítulos que la preceden (XXIII – XXXII) y que la siguen (XXXVI – XXXVII).
            Una diferencia fundamental singulariza esta historia respecto de las otras tres en que va inserta: éstas corresponden a personajes “reales” del Quijote; aquélla, a personajes de “ficción”: es una novela dentro de otra novela.
            La inclusión de éste, como de otros relatos que Cervantes intercala en la primera parte, fue sancionada negativamente por los críticos de la época (Véase cap. III de la segunda parte). La discusión ha llegado hasta nosotros. Unamuno califica dicha inclusión como una “impertinencia”. Analicémoslo.
            Llega don Quijote a la venta con sus delirios caballerescos más exaltados que nunca y un estado físico deplorable tras el ayuno de Sierra Morena. Después de darle algo de comer, lo acuestan en “camaranchón” (un desván) conforme a la pobreza de tan solemne huésped. Mientras sueña que está luchando con el gigante que tenía esclavizada a la princesa Micomicona, tiene lugar una apasionada discusión (cap. XXXII) sobre los libros de caballerías entre el cura y el ventero. Está sobre el tapete nada más ni nada menos que la realidad de don Cirongilio de Tracia y Felixmarte de Hircania, cuyas hazañas son puestas en parangón con las del Gran Capitán y Diego García de Paredes. Las palabras que Cervantes pone en boca del ventero no tienen desperdicio:

            No sé yo cómo puede ser eso; que en verdad que, a lo que yo entiendo, no hay mejor letrado en el mundo, y que tengo yo ahí dos o tres de ellos (libros de caballerías), con otros papeles, que verdaderamente me han dado la vida, no sólo a mí, sino a otros muchos; porque cuando es tiempo de siega, se recogen aquí las fiestas muchos segadores, y siempre hay alguno que sabe leer, el cual coge uno de estos libros en las manos y rodeámonos de él más de treinta, y estámosle escuchando con tanto gusto que nos quita mil canas; a lo menos de mí sé decir que, cuando oigo decir aquellos furibundos y terribles golpes que los caballeros pegan, que me toma ganas de hacer otro tanto, y que querría estar oyéndolos noches y días.

            Detrás de esta discusión entre lo ficticio y lo real (que es la esencia misma del Quijote) asoma la gran primera reflexión sobre la novela moderna. ¿Qué leer (y en su caso, qué escribir) -se pregunta Cervantes- ¿Los secos libros de Historia, carentes por fuerza de imaginación? ¿Los libros de caballerías, de desbocada imaginación, pero faltos de verdad? Los primeros no sirven: no satisfacen las más mínimas apetencias de fantasía; los segundos son un error estético por su carácter evasivo y enajenador, por su alejamiento de la vida.
            Para solucionar este dilema, Cervantes propone la muestra de este nuevo género de escritura: la novela, El curioso inpertinente. Tendrá que satisfacer la sed de fantasía, pero, a la vez, habrá de dar respuesta a la necesidad de verdad, porque tanto las peripecias narradas como los personajes que las llevan a cabo deberán ser reflejo fiel del hombre, de todo hombre: de un hidalgo y de un gañán, de un cura y un ventero.
            Esta unión de verdad y fantasía sólo es posible mediante el uso de un recurso fundamental: la verosimilitud. El lector de novelas está dispuestísimo a dejarse engañar, de que le cuenten historias puramente inventadas. Sólo exige una condición, de que le engañen bien. (Respecto del concepto de “verosimilitud”, ver en el cap. XLVII, 1ª parte, la definición del propio Cervantes).
            ¿Cómo logra aquí Cervantes la verosimilitud? De diferentes maneras, pero, en principio, mediante un juego de espejos, recurso tan del gusto barroco. El lector pasa sin darse cuenta por tres planos de ficción de mayor a meno entidad:
a) las aventuras que acontecen a don Quijote, a Sancho...
b) la historia de los amigos florentinos (novela dentro de la novela)
c) las especulaciones amorosas de don Quijote, tan extravagantes como los sueños que culminan con el acuchillamiento de los cueros de vino.
La irrealidad del plano “c” (los amores de don Quijote sólo existen en su mente enferma) da visos de veromilitud a la historia de Anselmo y Lotario (“b”), cuyo grad de ficción hace más real, a su vez, la exsistencia de un cura y un barbero... (plano “a”).
          El Quijote es una novela; asunto, por tanto, de lectura; pero visto desde El curioso impertinente se convierte en realidad: la del lector respecto de lo leído. El lector de carne y hueso es al cura lo que éste es a Anselmo. La ficción dentro de la ficción: todo un juego de magia y encantamiento, porque a nosotros las novelas, como al ventero los libros de caballerías, nos han de dar la vida.

Pertinencia temática

            Juego, sí, pero juego inteligente. Al lector del Quijote le sucede como al espectador de los cuadros de Velázquez: ha de ser él quien resuelva el problema planteado. Tal sucede, por ejemplo, en la “Venus desnuda”. Si Venus es la personificación del amor, ¿en qué consiste éste? ¿En la fascinante visión carnal del primer plano o en el borroso y anodino rostro proyectado en el espejo? La trascendencia de este juego va más allá del interés puramente formal. Comprobémoslo.
            La locura de don Quijote le lleva a pleno corazón de Sierra Morena. Quiere emular para su dama (desde allí le escribe una carta que Sancho fingirá llevar a Dulcinea) las hazañas penitenciales que los más grandes y apasionados caballeros -los amadises, los orlandos- hicieron para doblegar la esquividad de sus amadas.
            Como por arte de encantamiento, la sierra se ha poblado de amantes frustrados: Cardenio y después Dorotea nos relatarán las dramáticas causas que hasta allí les han conducido. Se llega a la venta, tras el engaño del cura y el barbero, en una densa atmósfera sentimental que luego se terminará de cargar con la aparición de los otros dos protagonistas, don Fernando y Luscinda.
            Antes de que tenga lugar el desenlace, es preciso poner un poco de orden en ese gran desbarajuste emocional de los protagonistas: don Quijote, más loco que nunca en sus hazañas amorosas; Cardenio, traicionado; Dorotea, como alma en pena; don Fernando, despechado, Luscinda, desmayada tras el rapto del que ha sido objeto en el convento. Todos por causa del amor.
            Nada mejor para introducir este orden que ver el problema en una parábola, en una historia que permita distanciarnos, como al pintor del cuadro, para ver mejor.
            ¿Qué función “ejemplar -especular- es la que cumple El curioso impertinente? Parece claro. Anselmo intenta invadir hasta anular lo más íntimo y sagrado de la persona, la libertad. La causa, una aberración erótica. Lotario le pone de manifiesto su error: sólo se puede probar a los amigos usque ad aras; a la mujer, ni aún eso: “es de vidrio la mujer”. Anselmo insiste: ama, y, por tanto, tiene derecho sobre su esposa y su amigo.
            El motivo de las aflicciones de Cardenio, Dorotea y Luscinda es idéntico. Don Fernando, miembro de la más alta nobleza (hijo de un “grande de España”), se cree con derecho igualmente a violentar la voluntad de los demás; su ley es la que le dicta su egoísmo. Deshonra y engaña a Dorotea; fuerza hasta llegar al rapto a Luscinda, prometida de Cardenio, quien ingenuamente le había confiado su amistad, etc.
            Pero nos falta aún por ver su referencia con el marco general, la primera instancia de la ficción, la figura de don Quijote. Cuando Sancho temeroso ante la soledad de aquellos desolados parajes de Sierra Morena, trata de disuadir a su amo para que no imite la penitencia de aquellos caballeros legendarios por no asistirle motivo ninguno (“Dulcinea no ha hecho niñería alguna ni con moro ni con cristiano”), don Quijote le responde:
            Ahí está el punto y esta es la fineza de mi negocio; que volverse loco un caballercon causa,ni grado ni gracias: el toque está en desatinar sin ocasión y dar a entender a mi dama que si en seco hago esto ¿qué hiciera en mojado?
            Don Quijote está loco: hace una penitencia asombrosa en seco y, además, emprende las mayores desmesuras por su dama; ama a Dulcinea (como apostilla Sancho) con la misma limpieza y desinterés con que se debe amar a Dios. ¿Quién estaba más loco: Anselmo, don Fernando o don Quijote? Moralmente, el plano más irreal, más ficticio, resulta el más verdadero. En esta inversión que como juego nos propone Cervantes nos encontramos, en efecto, con una de las más hermosas definiciones que jamás se hayan dado de las relaciones humanas: el amor, la amistad, los más altos nombres de la convivencia ¿en qué consisten sino en crear espacios de libertad en los demás?

El nuevo arte de novelar

            Estamos ya en mejores condiciones de entender el arte narrativo de Cervantes, aquella aseveración suya: “Soy el primero que he novelado en lengua castellana”. Pero hagamos alguna precisión. Comparemos su escritrura con la inmediatamente anterior (y todavía coetánea en el tiempo), los libros de caballerías.
            Una y otra vez se desmarca de este género literario no porque lo considerara carente de entretenimiento (él había leído todas las novelas, y hasta “los papeles rotos de las calles”), sino porque, además de artísticamente aberrante, lo juzgaba anacrónico, ajeno al espíritu de la modernidad.
            La literatura caballeresca era, en efecto, un fruto medieval tardío, derivación de las leyendas artúricas y exaltación, a la postre, del viejo orden estamentario: nobles o defensores, clérigos y artesanos o villanos. De ahí que el esquema narrativo sea siempre el mismo. Gráficamente podríamos representarlo así:

                                                           hazaña 1
hazaña 6                                                                                 hazaña 2
                                               Héroe
            hazaña 5                                                                                hazaña 3

                                                           hazaña 4


El centro del relato lo ocupa siempre la figura de un noble (tal como perdurará hasta muy entrado el s. XVIII en el drama teatral) y, como tal, destinado desde su nacimiento a realizar las más altas e imposibles hazañas. Así, en el Amadís de Gaula, el “bestseller” de la época, Urganda la Desconocida dice a Gandales, el noble que encuentra al recién nacido Amadís:

Te digo que aquel que hallaste en el mar será la flor de los caballeros de su tiempo: hará estremecer a los fuertes; acometerá y rematará con gloria todas las empresas en que otros murieron; realizará hazañas tan grandes que nadie creería que pudieran ser comenzadas ni acabadas por cuerpo de hombre…

            Hazañas, además, inconexas: no hay entre ellas la continuidad de un proceso, sino la simple manifestación de la condición heroica de su protagonista. Puede alterarse el orden en que se relatan, añadir o suprimir…, no importa, la arquitectura de la novela no se resentirá. Y hazañas cada vez más inverosímiles, en las que harán su aparición monstruos, gigantes y sabios encantadores.
            Para Cervantes todo eso resultaba ya muy rancio. Hacía ya unos cuantos años (el Lazarillo es buena prueba de ello) que los humanistas habían puesto en entredicho la validez de ese orden estamental, causa de tanto agravio, de tantísima angustia. Sobre esa concepción colectivista del hombre se va imponiendo el concepto de “persona”: individuo libre, acreedor de derechos y sujeto de obligaciones no por la cuna en la que se nace, sino por el merecimiento de sus actos.
            Al esquema anterior, Cervantes opone éste:

                                                                       Héroe




            Villano


            No se nace héroe o villano; nos hacemos. La vida es un  proceso, y el nuevo género narrativo que lo describe es la novela. Cervantes, como él mismo viene a decir en el prólogo de sus Novelas ejemplares inventa la novela moderna para hablar al hombre como “persona”, como individuo que tiene que hacerse a sí mismo, dar sentido a su propia existencia, inventarse, soñarse, sin esos apoyos de creencias establecidas, honra de clase, nobleza y demás zarandajas.
            Valga como ejemplo un detalle: ¿Os habéis fijado que apenas figuran  miembros de la nobleza en el sinnúmero de personajes creados, y que, cuando aparecen, es para mostrar su villanía moral, como en el caso de don Fernando o de los Duques de Zaragoza?

El mayor vencimiento que desearse puede

            Los capítulos que hemos comentado nos ponen en camino de entender otro de los fenómenos que se producen en la lectura del Quijote: su coherencia temática. No nos viene dada al modo que luego nos acostumbró la novela decimonónica, sino de un modo mucho más sutil, más elegante y respetuoso para con sus lectores, esto es, por vía afectiva e identificación moral. A medida que nos vamos deslizando por sus páginas, se va operando un profundo cambio en nosotros. De la sorpresa hilarante pasamos a la compasión, y de ésta, a una inconsciente identificación admirativa.
            El Quijote, en efecto, no es sino la historia de un pobre hidalgo, muerto de aburrimiento en medio de la Mancha, en medio de la nada, que, borracho de mala literatura, decide sacudirse la frustración consigo mismo y salir a los caminos de la libertad y la aventura. ¿Qué importa el fracaso, que la realidad desmienta a los sueños? Entre las citas célebres extraídas de la cantera de la obra, poquísimas veces suelen reproducirse unas frases que estimo resultan decisivas para la comprensión del “sentido” de la novela. Las pone su autor  en boca de Sancho cuando, al término de su tercera y última, divisan el pueblo. El buen escudero se apea de su cabalgadura y de hinojos, abriendo los brazos en cruz exclama:

Abre los ojos, deseada patria, y recibe también a tu hijo don Quijote, que si viene vencido de los brazos ajenos, viene vencedor de sí mismo, que según él me ha dicho, es el mejor vencimiento que desearse puede.
           
Y como Sancho, todos los lectores terminados quijotizados, ganados para la causa de una nueva orden de caballería andante. La libertad y la cortesía, la amistad y la tolerancia son sus principales consignas; el amor, su divisa. Nueva orden de caballería ideal, sí, pero ¿imposible? Lector desocupado tienes la palabra.

viernes, 14 de diciembre de 2012

PRESENTACIÓN DE "EL DÉCIMO HOMBRE" de Graham Greene

(Por Rafael Torres 12-12-2012)


El autor: su vida, su obra, la literatura y el mundo de su época.-
Graham Greene nació el 2 de octubre de 1904, en Berkhamstead, en el Condado de Hertford,(Inglaterra), hijo de Charles Henry Greene y de Marion Ramond. Su padre era director de la escuela local. El novelista era sobrino-nieto por linea materna del escritor Robert Louis Stevenson,("La Isla del Tesoro"), con quien se le ha comparado frecuentemente y del que Greene era admirador,aunque Stevenson murió a diez años antes de que Greene naciera.
Estudió en el colegio local Berkhamstead  School,dirigido por su padre. Quizá debido a su carácter retraído sufrió constantes problemas emocionales y mentales provocados en parte por el acoso constante de sus compañeros de ese colegio, donde estuvo internado hasta  la edad de 17 años y tras varios intentos de suicidio, sus padres decidieron enviarlo a Londres para que fuera sometido a un terapia de psicoanálisis que duró seis meses. Después de es este paréntesis, el carácter de Greene había evolucionado muy positivamente, por lo que el joven se planteó nuevos retos en su vida. El principal de ellos, convertirse en escritor.
Estudió Historia en la Universidad de Oxford. Allí colaboró escribiendo en la revista "Saturday Westminster". A su vez dirigió el periódico "Oxford Outlook". Se graduó en 1925,llevó un vida bohemia y se adhirió al comunismo.
En 1925,a la edad de 21 años, publicó su primer libro, un volumen de versos titulado "Babbling April",("Abril Murmurante"), que no tuvo buena acogida por la crítica. Después trabajó para la compañía Anglo-Americana de Tabacos.
Entre 1926 y 1929 trabajó para el periódico The Times,como periodista independiente. En 1926 se convierte al catolicismo. Uno de los motivos de su conversión se debió a su compromiso de matrimonio con Vivien Dayrell-Browning, que  era católica y al parecer en la época era condición obligatoria que ambos cónyuges fuesen de la misma religión.Tuvieron dos hijos (1933 y 1936) Su conversión es un importante aspecto de su vida que más adelante mencionaré porque influyó y tuvo consecuencias en su literatura.
En 1935 fue crítico de cine en la revista inglesa The Spectator, que le nombró director literario en 1940.
Poco antes de estallar la II Guerra Mundial es reclutado por el Servicio de Inteligencia Británico. Su bautismo de espía fue Sierra Leona; y unos años después también escenario de su  novela El revés de la trama (1948) Pasó muchos años en África enviando información al Gobierno de Gran Bretaña. Estas actividades explicarían su amplio conocimiento del ambiente de espionaje que Greene sería capaz de plasmar posteriormente en novelas como El tercer hombre o El americano impasible. En 1980 Graham Greene estuvo en Madrid invitado por el entonces alcalde Tierno Galván quién le recibía en la alcaldía, le ofrecía un almuerzo, una medalla de plata y la consideración de visitante ilustre de la capital de España. En la entrevista que en aquella ocasión concedió al diario "El País" hizo algunas declaraciones al respecto de sus actividades extra-literarias: "En 1941 el servicio de inteligencia británico me llamó para colaborar con ellos. Necesitaban una persona que supiera algo de Africa, por la situación difícil de algunas colonias. El contacto fue mi hermana Elisabeth que ya estaba en ese servicio y por eso le dediqué mi novela "El factor humano" Estuve en Africa tres años. Luego me destinaron a Londres, y yo abandoné el servicio secreto."
"No éramos exactamente agentes. Eramos informadores, y el nuestro era un mundo de carpetas y papeles, más que de acción directa. Los agentes son los que viven verdaderamente en peligro, los que se juegan la vida en los propios países extranjeros y conflictivos."
"Ya en la primera guerra mundial-continúa diciendo- el servicio secreto echó mano de algunos intelectuales, y eso, por dos razones: la primera, porque se suponía que los intelectuales estaban especialmente capacitados para observar a la gente, fijarse en los rostros y en las reacciones, en las señales. Y luego, por su capacidad de expresarse, porque saben contar lo que ven. Así, en la primera guerra mundial estuvieron en sus filas, por ejemplo, Sommerset Maugham ,("El filo de la Navaja")y Campton Mackenzie ("El caballero de gris").
En cuanto a este mundo como tema de sus novelas, dice Graham Greene: "He acudido a él cuando he querido contar algo especialmente realista, un mundo de oficinas y carpetas, papeles y telegramas, donde no se veía claramente la violencia."O sea que lo que dice ,o sugiere Greene, es que lo que el cuenta en sus novelas de espías es una deformación o manipulación de la realidad. Porque la realidad vivida por él fue más vulgar, o lo que él llama "espía oficinista".
Después de su militancia temporal en el servicio secreto británico,Greene desempeñó algunos cargos diplomáticos o para diplomáticos.
Graham Greene formó parte de la primera generación posmoderna de la novelística inglesa, integrada por autores que crecieron a la sombra de Joseph Conrad, Henry James, James Joyce,Rudyard  Kipling o Virginia Woolf, pero que, al mismo tiempo, se distanciaron de ellos en el tratamiento psicológico de los personajes. Algunos escritores de la generación de Greene y compatriotas  fueron:
-Arthur Evelyn Waugh que escribió Retorno a Brideshead llevada al cine en 2008 protagonizada por Emma Thompson.
-Chirstopher Isherwood. Una de sus novelas famosas es Adiós a Berlín ,en la cual se basó la película Cabaret en 1972
-Y George Orwell, autor de sus famosas novelas Rebelión en la granja y 1984.
Para el gran público de  España, estos autores son más conocidos por las películas basadas en sus novelas.
 Aunque sus destinos,estilos  y circunstancias fueron diferentes,algunos autores de la generación de Greene en la literatura universal fueron:Bertold Brecht en Alemania;Jean Paul Sartre y André Malraux en Francia. Y en cuanto a los españoles:Rosa Chacel,Ramón J. Sender,Emilio Prados y Luis Cernuda en el grupo llamado del exilio.En Estados Unidos: John Steinbeck y William Faulkner. Y entre los sudamericanos: Jorge Luis Borges,Pablo Neruda,Miguel Asturias y Alejo Carpentier entre otros, fueron también de su generación
Graham Greene estuvo en la lista negra del senador McArthy en la llamada "caza de brujas" que tuvo lugar entre los años 1950 a 1956 en EE.UU.También Charles Chaplin, al que él admiraba.
Las primeras novelas de Greene fueron El hombre interior (1929), Historia de una cobardía (1929), El nombre de la acción (1930) y Rumor al caer la noche (1931), pero la fama  y el desahogo económico para poder dedicar mayor tiempo a la literatura, le llegó con El tren de Estambul (1932), novela de espionaje que también se publicó bajo el nombre de “Orient Expres”. Green consideró esta novela y las siguientes, Inglaterra me ha hecho así (1935) y El ministerio del miedo (1943) como "entretenimientos".
A partir de su obra Una pistola en venta (1936) ya empieza a escribir lo que él llama novelas profundas o verdaderas. Dicha novela tiene como argumento central el conflicto humano entre el bien y el mal, y puede considerarse como precursora de su estilo que muestra una honda preocupación por los problemas morales, sociales y religiosos de la época. Algunas de esas "novelas" son: El hombre de acción, ,La roca de Brighton,(1938), El poder y la gloria,  ( 1940), que él consideraba su obra favorita, El revés de la trama (1948) y El fin de la aventura (1951). Otras obras posteriores son: El americano impasible (1955),Nuestro hombre en La Habana (1958), Un caso acabado ( 1961), Los Comediantes (1966), El cónsul honorario ( 1973),El factor humano (1978), El Dr. Fischer de Ginebra (1980), El décimo hombre,novela que hoy presentamos, (1985) y El capitán y el enemigo (1988).
Su obra El poder y la gloria, describe un alucinante episodio de la persecución religiosa en México, allá por 1929. Su tema es el que Greene trata con mayor maestría: el del hombre acosado.
Greene era un maestro en el arte de mezclar las escenas violentas con las triviales y hacer disolverse la vulgaridad en el horror. Su método evoca, en cierto modo, el de los cuadros de Dalí, en que aparecen relojes sobre monturas de caballos, asnos pudriéndose encima de pianos de cola y paisajes en forma de rostros humanos deformados. Es, sin embargo, un estilo conciso y austero, en que las palabras, según su amigo Evelyn Waugh, son "signos matemáticos para su pensamiento".
Sus obras se caracterizan por la intensidad de sus detalles y los lugares exóticos donde transcurren (México, África, Haití, Vietnam), así como el retrato preciso y objetivo de los personajes inmersos en todo tipo de situaciones de tensión social, política o psicológica. El mal es omnipresente, aunque en sus últimas novelas surge una dimensión de duda y conflicto moral que se añade al terror y al suspense. Este es el caso de El décimo hombre.
Aunque Graham Greene intenta llevarnos al interior de los personajes por medio del llamado estilo indirecto libre (el narrador que todo lo sabe se hace eco de los interiores de la mente), el lector se enfrenta siempre a la duda sobre su destino final. Porque el verdadero tema de las novelas de Greene es el de la condenación eterna. Es decir que los problemas de la vida no tienen más solución que en la otra. Si se pudiera hablar denovela católica, tendríamos que reconocer que la del siglo XX es la novela del catolicismo atormentado, y la de Greene, en particular, la del pecado y la gracia.
En un libro de viajes que que escribió titulado Viaje sin mapas Greene resume una explicación de la base de su propia literatura:"Hoy día, nuestro mundo parece particularmente susceptible a la brutalidad. Hay un dejo de nostalgia en el placer que experimentamos con las novelas de "gangsters" y frente a personajes que han simplificado tan agradablemente sus emociones, que se han puesto a vivir en un plano infracerebral. No es que uno quiera  permanecer por siempre en ese plano; pero, al ver a qué grado de infelicidad, a qué peligros de extinción nos han conducido siglos de baja función cerebral, uno siente, a veces, la curiosidad de descubrir, si ello fuera posible en el punto a que hemos llegado, cuál fue el momento en que nos descarrilamos"Es decir que la curiosidad por saber cuando y porque la Humanidad se desvió, fue lo que le impulsaba a escribir. Esto lo dijo antes de la II Guerra Mundial, en un tiempo de incertidumbre social,del ascenso de los totalitarismos,por lo que no le faltaba razón, pero además, después vino la segunda guerra, la guerra fría, el terrorismo,los desequilibrios de riqueza mundial, el deterioro medioambiental,problemas estos últimos que persisten  hoy en día,y no son problemas provocados por desastres naturales ni por plagas bíblicas ,si no por el mismo ser humano,es decir,que eso que él llamaba el vivir con baja función cerebral,parece que continúa vigente. Y desde luego, en la base de su literatura  podemos encontrar al ser humano apartado de de si mismo, de sus metas humanas.
Dice la revista "Time" que: "Greene ha descubierto una forma literaria capaz de abarcar, no sólo la violencia que caracteriza la vida moderna, sino la violencia insidiosa del alma moderna, de la cual ella emerge, y la nostalgia por una vida por debajo del nivel cerebral, lo que explica por qué a Greene le preocupa casi exclusivamente el bajo mundo físico y espiritual". Henry Reed ,dramaturgo y radiofonista británico,dice de él: "Greene ha tomado el esqueleto de la novela de suspense convencional y la ha revestido de vida y carácter, elevándola a un propósito simbólico. El ha sabido ver lo que es psicológicamente arquetípico en estos temas literarios populares, como el del hombre acosado, y los ha dramatizado con todo el vigor y la conciencia del arte serio".
En consecuencia, Greene no presenta héroes, sino antihéroes. Personajes dominados por sus propias angustias, fracasados, perseguidos, o simplemente, auténticos asesinos. Sólo la muerte puede traer la paz. Pero  la caridad que podría redimirlos es, en sus novelas, retorcida.
Podría decirse que su obra es una crónica novelada del mundo en el cual ha vivido.
Casi todas sus novelas han sido llevadas a la pantalla. Algunas son: El  americano impasible, Nuestro hombre en la Habana, El poder y la gloria y también la novela que hoy presentamos. El tercer hombre (1950), fue expresamente escrita para su rodaje cinematográfico Sus argumentos, cargados de acción y violencia, son esencialmente cinematográficos. El se quejaba de los abusos económicos a los que las productoras cinematográficas le sometieron en algunas ocasiones y también por la manipulación de algunos de sus guiones por parte de algunos directores pero en su libro Reflexiones declara lo siguiente:"El cine me ha posibilitado el seguir escribiendo por lo que le estoy muy agradecido. Con el cine sonoro el escritor ya no era tan sólo el espectador o el crítico de la pantalla grande. De repente el cine iba a necesitarlo: las películas requerían palabras aparte de las imágenes. De este modo se ofrecía trabajo al escritor de aquellos arduos años treinta.
Como ensayista escribió La infancia perdida y otros ensayos (1952) y Ensayos completos (1969), este último compuesto en su mayor parte de estudios sobre otros escritores. También escribió libros para niños y la semblanza de Omar Torrijos en su obra Descubriendo al general (1984).
Entre sus obras de teatro destacan El cuarto de estar (1953),El establo (1957), El amante complaciente(1959), El regreso de Raffles(1975) y Parque de atracciones (1980).
Sus autobiografías son:Una especie de vida(1971) y su continuación Vías de escape(1980).
Como ya hemos mencionado anteriormente,Greene se convirtió al catolicismo en 1926 impulsado por el motivo de casarse con Vivien Dayrell-Browning, de la que se separó en 1948, pero siguiendo los preceptos de la iglesia católica,nunca se divorció. Tuvo varias amantes, la principal de ellas fue Catherine Walston una señora, esposa de un rico terrateniente inglés. Empezaron su relación antes de él separarse de su esposa y duró12 años.
No se puede negar que su conversión fue sincera y que respondía a un proceso de maduración intelectual. Al parecer hubo conversiones al catolicismos desde el protestantismo a partir de la conversión del reverendo protestante John Henry Neumann en 1845, que se hizo sacerdote católico y más tarde fue nombrado cardenal por el papa León XIII. El concepto  que motivó el abrazo de la fe católica fue la verdad universal y atemporal que predicaba la iglesia católica,a salvo y por encima de cualquier circunstancia, moda, o errores mundanos, incluidos los de la propia iglesia. Al parecer, ahí encontraban una fe más sólida que en la iglesia protestante.
Aparte de Greene,se convirtieron al catolicismo algunos  famosos:
-Gilbert K. Chesterton, escritor británico. Creó el famoso personaje Padre Brown, detective, llevado a la pantalla y a la TV.
-Alec Guinness, actor británico amigo de Greene. Recordemos su papel  en "El puente sobre el río Kwai". "Doctor Zivago","Monseñor Quijote",del que después hablaremos.
-J.R.R. Tolkien. Escritor, poeta y filólogo. Su obra más conocida es "El señor de los anillos".
-El escritor británico Arthur Evelyn Waugh, amigo de Greene.
-El dramaturgo norteamericano Tennesee Williams. Algunas de sus obras famosas son."La gata sobre el tejado de zinc","Un tranvía llamado deseo","Dulce pájaro de juventud",etc
-Y Tony Blair, ex primer ministro británico también era católico converso.
La conversión de Greene afectó más a su inteligencia que a su corazón. La fe no le trajo el sosiego ni respondió a todas sus preguntas. En su libro "Reflexiones",(1) hay frases tanto de crítica hacia la iglesia como de motivación para seguir sus preceptos religiosos. Allí dice lo siguiente:
"El apóstol Tomás debería ser el santo patrón de las gentes de mi país,ya que nosotros hemos de ver las huellas de los clavos y hemos de meter los dedos en la herida del costado antes de comenzar a comprender".(p174)
Y más delante critica:"A todas horas se construyen enormes edificios que albergan seminarios,monasterios y conventos que cuestan una fortuna, mientras los pobres siguen viviendo hacinados en chabolas ".(p284)
Pero por otro lado,por sus pensamientos expresados en dicho libro, se deduce su convicción de que el cristianismo y en particular el catolicismo era un valor firme contra la falta de valores de los estados totalitarios que llevaron al mundo a la barbarie de las dos guerras mundiales. Y que tales acciones habían sido posibles por la pasividad de sus respectivos pueblos a los cuales se les había educado en la anulación de sus conciencias.  En la página 176 expresa la ausencia de rasgos cristianos en las potencias que habían dominado al mundo de entre guerras. Dice:"¡Como se pavoneaban los nazis en la hora de su triunfo, y como se justificaron en el momento de su derrota!¡Qué deliberada y explícitamente siguieron la doctrina que consiste en hacer el mal para obtener el bien,su propio bien personal!.El estado totalitario, mediante la educación de sus ciudadanos,tiende a suprimir toda sensación de culpabilidad,toda indecisión de ánimo."
Su religiosidad no le impidió el tener varias amantes,eso si con mucho sentimiento de culpa, la principal de ellas fue Catherine Walston una señora, esposa de un rico terrateniente inglés. Empezaron su relación antes de él separarse de su primera esposa y duró12 años.
 He hecho hincapié en su catolicismo para explicar su personalidad como escritor ya que sus convicciones religiosas están presentes en su obra literaria, incluida la novela que hoy vamos a presentar. Nunca le dieron el premio Nobel,después de varios años de estar propuesto. Se dice que el hecho de que su literatura estuviese impregnada en mayor o menor medida, de sus ideas religiosas, pesó en las decisiones del jurado.
Quisiera hacer una breve mención a una de sus novelas considerada típicamente católica:"Monseñor Quijote".
Es una recreación sustancial de las andanzas del Caballero de La Triste Figura. Aquí,en esta novela,el siglo XVI es la "Transición Española".Don Quijote es el cura del Toboso, venido a menos, Sancho Panza es el ex alcalde comunista del Toboso y Rocinante es el viejo Seat 850 del cura. Se van de viaje porque ambos necesitan unas vacaciones. El ex-alcalde necesita reflexionar después de perder unas elecciones y Monseñor Quijote necesita un descanso, según su obispo, después de demasiados años de servir a una modesta parroquia y a sus rústicos parroquianos. O sea ,que de un modo u otro,a ambos los han echado. Como dos filósofos griegos se cuestionan sus puntos de vista y convicciones, dudas, miedos. Ambos se apean de sus dogmas para conversar, mientras recorren las intrincadas carreteras secundarias de España.
Se dice que el tema de esta novela es el catolicismo enfrentado al comunismo.
Fue llevada al cine y rodada en La Mancha en 1985,interpretada por Alec Guinnes,  y un actor bajito y gordo que hace de Sancho Panza
Pienso que básicamente hay una semejanza con los personajes del Quijote original porque también Don Quijote y Sancho tienen personalidades muy diferentes y ambos eran compañeros de viaje y ambos se contagian mutuamente su forma de ser. De cualquier modo el libro de Greene demuestra la inmensa versatilidad de lecturas, en todas las circunstancias y en todas las épocas, a las que se presta la obra de Cervantes. Quizá por eso está por encima del tiempo.
No se considera una de sus mejores novelas pero es de interés reseñarla,porque aunque no es el libro que hoy presentamos, he querido hacer esta referencia porque estamos leyendo El Quijote.
A partir de 1966, Graham Greene se fue a vivir a Antibes,en la Costa Azul francesa y posteriormente se trasladó a a Vevey,(Suiza), una ciudad a orillas del lago Leman. Allí murió el 3 de abril de 1991, después de que su amigo español, el padre Leopoldo Durán, le administrara los Santos Sacramentos. En aquel momento estaba viviendo con Yvonne Cloetta la cual escribió un libro sobre su vida con Greene
LA NOVELA "EL DECIMO HOMBRE".
La descripción del autor y su obra la he hecho más extensa que la presentación del libro por dos razones, a mi modo de ver:
-He creído necesario averiguar y explicar al autor y su mundo, del que nunca antes hemos hablado aquí, para comprender el libro que vamos a presentar.
-Y por otro lado, al contener ésta novela tensión narrativa y suspense no creo conveniente hablar de su argumento porque al desvelar detalles anularía el interés de aquellos compañeros que aún no lo han leído, y para los que ya lo han hecho no tendría demasiado aliciente el describir la trama.
-Y en todo caso lo que dejemos hoy por exponer lo haremos en los posteriores comentarios y análisis a realizar por todos.
No obstante si hablaré de rasgos y conceptos generales que que a mi modo de ver  definen la obra.
Es una novela corta, escrita con fluidez y
de fácil lectura, dividida en en cuatro partes. En la introducción, el autor relata que fue concebida mediante ideas y esbozos en 1944,precisamente el año en que Francia fue liberada de los nazis, época en la que transcurre la acción de la novela,lo que le da un matiz vivo al relato. Durante muchos años,según el autor, estos esbozos los tuvo olvidados hasta su publicación en 1985.Como periodista y miembro del servicio secreto inglés, Greene era un buen conocedor de la realidad francesa de aquellos años, magnifica base para construir la novela. Su inventiva y dominio de la escritura pusieron lo demás.
El titulo de la novela resulta muy apropiado y hasta se podría considerar el resumen, reducido a la mínima expresión, del argumento.
El "Decimo Hombre" no se considera su mejor novela, pero si que se inscribe perfectamente en el itinerario narrativo del autor. Con su universo de personajes sórdidos y lugares igualmente sórdidos, en esta novela se cumple lo que el escritor británico William Golding,(Nobel en 1983), dijo de Greene:"Fue el cronista de la ansiedad y la conciencia moral del siglo XX".
El ritmo narrativo es similar al de un cuento, sobretodo a partir de la segunda parte. Los personajes y los acontecimientos aparecen, literariamente conveniente, a su tiempo y organizados para ir directamente y sin rodeos al objetivo de la novela. La trama, llena de sorpresas, recrea una tensión dramática que permite sacar a relucir los mejores y los peores sentimientos de los protagonistas, con un desenlace inesperado. En su primera parte,la acción transcurre en un campo de prisioneros franceses durante la ocupación nazi de Francia. La situación de aquellos hombres a merced de sus guardianes, la lucha de la Resistencia por la liberación, las represalias de los alemanes,lleva a un estado limite de acoso físico y mental  a todos aquellos hombres.
A partir de la segunda parte,hay un salto en el tiempo, la acción transcurre en un pueblo de Francia recién liberada de los nazis. Un hombre había sobrevivido,pero había perdido la dignidad y la paz de su conciencia, tan necesarias para vivir como los propios latidos de su corazón. Redimirse es tarea muy difícil en una situación de odio y venganza. El perdón y la salvación eterna son temas que plantea la novela en la que los personajes principales son creyentes católicos. Al lo largo de la narración se vive la incertidumbre del desenlace final.
Como telón de fondo aparece el desgarro social y la destrucción de la convivencia en la Francia de II Guerra Mundial y la inmediata posguerra. Recordemos que en Francia, la invasión nazi no sólo fue militar,si no también ideológica con el gobierno colaboracionista del mariscal Petaín. Después los oprimidos pasan a ser opresores,con la insolidaridad, la sospecha de colaboracionismo y las persecuciones. Todo esto, nos evoca por similitud, lo larga y dolorosa que fue esta circunstancia en España y otros países europeos como por ejemplo, aunque en distinto tiempo,los de los Balcanes.
El "Décimo hombre", fue llevada al cine con Anthony Hopkins de protagonista y dirigida por Jack Gold en 1988.


(1)               "Reflexiones". Autor: Graham Greene. Editorial Prensa Ibérica. 1998.
Otros aportes bibliográficos:
-Varias páginas de Internet
-Hemeroteca diario "El País"
-Hemeroteca diario ABC